El gran emergente, Brasil atrae la atención de medianos y grandes inversores ante unos tipos de interés que en ocasiones superan el 12%, cifra que ya de por sí es preocupante e indicaría el precio al que se está pagando la deuda.
Tiene todos los ingredientes necesarios para pensar que se está creando una burbuja económica. Conocemos las señales porque son similares a las que vivieron países desarrollados justo antes de convertirse en países "subdesarrollados" económicamente.
Se espera que la inflación se sitúe en el 6,8% a finales de este 2011. A día de hoy ya ha alcanzado el tope que tenía por objetivo el Banco Central Brasileño. En respuesta a la inflación, se han subido las tasas de interés hasta 3 veces este año, algo muy bueno para un inversor a corto plazo y muy malo para el país a medio-largo plazo, ya que entre otras cosas, está atrayendo capitales de inversión puramente especulativa buscando estas inversiones rentables a corto.
Se han disparado los precios de alimentos y energía, por no hablar de los inmuebles, los cuales se han revalorizado como ya ocurrió en países como España. El consejo de inversión hoy día en Brasil, es invertir en inmuebles, ya que la vivienda siempre sube y nunca baja. ¿Te suenan esas palabras?.
Los bancos han abierto el grifo del crédito hipotecario exigiendo muy pocas garantías, por lo que cualquier persona lo tiene fácil para adquirir un crédito. El crédito, este 2011, ha experimentado un aumento de un 27% con respecto al 2010.
Estas son las señales que nos indican que Brasil, un país orgulloso de haber eliminado gran porcentaje de la pobreza, podría entrar en una recesión perfectamente, ya que va por el camino ideal.
Estos últimos años se hablaba de que con esta crisis a nivel mundial, las personas sabríamos reconocer la formación de una nueva burbuja, cuando la realidad es que el hombre suele caer de nuevo y pensar que esta vez será distinto.
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