Muchas son las personas que eso de trabajar gratis no lo considerarían un trabajo, sino más bien un hobbie, aunque la desesperación por encontrar un trabajo ha hecho que esta práctica crezca en nuestro país.
Las empresas no atraviesan su mejor momento para hacer frente a nuevas contrataciones, todo lo contrario, continúan pensando en hacer más recortes en sus plantillas, por lo que las personas cualificadas que perdieron su empleo hace tiempo y no tienen perspectivas de encontrar un nuevo trabajo en el corto-medio plazo, hacen de esta nueva...."modalidad" su mejor carta de presentación de cara a la compañía.
Ante una práctica que un principio puede parecer "sana", todos sabemos que siempre aparecerán personas que buscarán la forma de beneficiarse de estos voluntariosos trabajadores para acercarse a la explotación laboral dentro de la permisividad por parte del trabajador y la tranquilidad de no ser acusado por la ley.
Mi pensamiento personal para este tipo de práctica es contundente:
- Un trabajo debe ser remunerado: Se pueden pactar condiciones de sueldo más bajo, pero hay que recibir una compensación económica por una labor, de lo contrario, efectivamente, no es un trabajo sino un hobbie.
- Hay que ser Consecuente: Por cada persona que esté dispuesta a trabajar sin cobrar, está poniendo en peligro el trabajo de otra persona que no puede darse el lujo ni de trabajar sin cobrar ni de perder su puesto de trabajo.
- Valórate: La profesionalidad y cualificación tiene un precio, y la medición está en el salario. Creo que una empresa debería buscar los mejores profesionales que la ayuden a salir de la crisis con nuevas iniciativas y no con "sacos de arena" para alargar la agonía del inevitable hundimiento. No te devalúes en el mercado profesionalmente.
Como empresario, a mí me encantaría poder disponer de personas que trabajen para mí sin ánimo de lucro, pero como yo no tengo una ONG, me asusta el pensar que de alargarse la crisis unos años más (que es lo más probable), nos encontremos con una situación laboral parecida a la hace 50 años, donde había personas dispuestas a trabajar a cambio de bocadillo y alojamiento.
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